Después de dar un grito que me dio valor estaba nadando en las frías aguas de la catarata de Hornillos, el atractivo principal de un pequeño caserío homónimo, ubicado a veinte minutos del distrito de Moro y a una hora de la ciudad de Chimbote.
Un lugar con encanto a 1.200 metros sobre el nivel del mar, que alberga una caída de 15 metros, rodeada de monumentales rocas que son usadas por los visitantes para asolearse y a donde llegar es facilísimo. Se camina por unos 15 minutos, en descenso, y a darse el esperado chapuzón.
Cuesta creer que la catarata de Hornillos haya permanecido escondida por tanto tiempo. Sus pobladores nos cuentan que fue vista por primera vez el 2008, pero que recién hace tres años la abrieron al turismo. Ellos mismos habilitaron el camino de acceso y construyeron un puente con troncos de la zona.
Comentarios
Publicar un comentario